TRADICIÓN, MODERNIDAD Y POSMODERNIDAD
“El siglo de la caballería ha pasado, se inaugura el de los sofistas, de los economistas, de los calculadores. La gloria de Europa se ha extinguido para siempre.” (Edmund Burke) El hombre de la Tradición era un ser anclado a lo inmutable. La contemplación lo abría a la realidad profunda de las cosas: sabía lo que cada cosa ES, y a través de ellas se remontaba al SER, causa y fundamento de lo que es. El alma humana, espéculo de la realidad, al saber lo que las cosas son, podía establecer la JERARQUÍA que entre las mismas existe. Distinguía, por tanto, las cosas y causas más nobles de las que eran de menor cuantía. Y se ponía, si era consecuente con los valores y mandatos recibidos, al SERVICIO de lo mejor. SER, JERARQUÍA y SERVICIO, tres palabras clave, pues, para entender el mundo de la Tradición. La Modernidad rompió ese equilibrio. El fenómeno, lo que APARECE, la “corteza” exterior de las cosas, reemplazó a su esencia profund...