CONSERVADORISMO EN ARGENTINA

 "...el conservadorismo tradicional existe y ha gobernado en esta tierra representado por hombres, partidos, grupos y diversas etiquetas políticas...

...al escrutar nuestra historia valiéndonos del método, tan clásico como poco frecuentado, de la confrontación entre las tendencias conservadoras y tradicionalistas y las progresistas e innovadoras -expresión ambas de temperamentos orgánicos y del orden natural de las cosas- se torna ella más generosa en enseñanzas, e inclusive en hechos...

     En Mitre, López e Ingenieros se hallan los elementos y juicios para entender los años anteriores a la organización nacional como el batallar de esas grandes tendencias, representadas una por Moreno, Monteagudo, Castelli, Rivadavia, Echeverría, Sarmiento y Alberdi y la otra por Saavedra, el deán Funes, Pueyrredón, Rozas y Urquiza, para describirlas mediante sus hombres más representativos...

     Mas en este punto conviene evocar a qué nos referimos cuando hablamos de conservadores. No por cierto definirlos – asunto de mucha monta para este ensayo –, sino tan sólo señalarlos, a fin de hacerlos reconocibles. Por conservador tenemos a “quien reverencia la tradición en cuanto ella encierra las creencias permanentes de la fe y de la cultura heredadas; respeta los valores establecidos y los presume verdaderos mientras no se demuestre lo contrario, a la inversa de la moda del siglo, que hace jugar la presunción en favor de lo nuevo; acata las costumbres y guarda las formas, pues supone que algo expresan, que no en vano han pasado el filtro de los siglos para llegar decantadas a nuestros días, y que sería locura transgredirlas por el vicio de innovar con frenesí de modisto; prefiere la experiencia a las ideas a priori, que se condensan en nubosidades ideológicas donde estallan después las tormentas sociales, y es así práctico sin ser pragmático y razonador sin ser racionalista, porque no gusta de filosofismos adventicios ni de sistemas doctrinarios donde alcanza la natural sabiduría” (del prólogo del autor a La historia que he vivido, de Carlos Ibarguren)...

     Dentro del Partido Autonomista Nacional y, en nuestros días, dentro de sus herederos se aliaron, convivieron y fusionaron liberales y conservadores, predominando los primeros en el campo doctrinario, por la riqueza de su formulación teórica, y los segundos en el campo de la acción, por una superior intuición del país real al que gobernaban.

     'Liberalismo conservador' ha llamado José Luis Romero al período de predominio del Partido Autonomista Nacional, y, aunque encierre una contradictio in terminis, la definición está bien lograda, precisamente por describir sin coherencia una de las frecuentes incoherencias de la política. Partiendo de esa definición bien pueden establecerse dentro de las fuerzas denominadas conservadoras dos grandes filiaciones históricas: la conservadora, marcada por Alsina, Carlos Pellegrini, Marcelino Ugarte, Máximo Paz, Julio Costa, Roque Sáenz Peña, Matías Sánchez Sorondo, Manuel Fresco, Ramón Castillo, Benjamín Villafañe, Antonio Santamarina, Vicente Solano Lima, Felipe Yofre, y la liberal, señalada por Juárez Celman, Joaquín González, Lisandro de la Torre, Rodolfo Moreno, Aguirre Cámara, Miguel Ángel Cárcano, Pablo González Bergez, omitiendo infinidad de nombres en dos listas inagotables y dejando sin clasificar, por no ser fácil, a los Roca, padre e hijo. Saavedra Lamas, Norberto Piñero, Emilio J. Hardoy y tantos otros..."

(Extraído de Paz Ricardo, El conservadorismo en la política argentina, en LA CONSERVACIÓN del patrimonio material y espiritual de la nación, Bs.As., Oikos, pp. 199-215



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