BONALD: UN CONTRARREVOLUCIONARIO

Louis Gabriel vizconde de Bonald nació en el seno de una antigua familia de la nobleza provincial en el castillo de Monna, cerca de Millau, comuna del sur de Francia, el 2 de octubre de 1754. En 1769 entró en el Colegio de Juilly, a cargo de los Oratorianos. Después sirvió como mosquetero del rey hasta 1776. Casado con Elisabet de Combescure, en 1785 se convierte en alcalde de Millau.
     Cuando adviene la Revolución la apoyó en un comienzo, considerando que la misma iba a llevar adelante una tarea de reformas restauradoras. Pronto advirtió el carácter destructor inserto en la dinámica revolucionaria, dimitió de sus cargos y emigró con sus dos hijos mayores a Heidelberg, donde se encontraba el ejército del Príncipe de Condé, enemigo de la Revolución. En esta ciudad descubrió su vocación de escritor. Su primera obra fue la Teoría del poder político religioso, impresa en 1796. 
     En 1797 Bonald volvió clandestinamente a París. En 1800 publicó su Ensayo analítico sobre las leyes naturales del orden social y, en 1801, Del Divorcio , obra en la que critica la sanción de dicha ley por parte de la Revolución.
     Ferviente realista, rehusó la oferta de Napoleón de hacer reimprimir su Teoría del Poder si retiraba el nombre del Rey de la misma. En 1807, rechazó ser director del periódico Journal de l'Empire.
     Con la Restauración volvió a la actividad política siendo elegido diputado en 1815. Propuso una ley prohibiendo el divorcio, considerado como "veneno revolucionario". Dicha ley fue votada en 1816. En ese año entró a formar parte de la Academia Francesa. Finalmente, en 1830, tras la Revolución producida en julio, dejó la vida política activa:
     “...negóse a prestar el juramento al rey intruso, con lo que perdió su pensión, optando por retirarse...a Monna, donde permanecería hasta su muerte...A pesar de este alejamiento de toda actuación política, siguió escribiendo, entre otras cosas, numerosas cartas, y sobre todo su manuscrito ‘De la Révolution de juillet 1830’.” 
     Murió en 1840 tras una crisis de asma. Su hijo, Luis Jacques Maurice de Bonald, fue Arzobispo de Lyon y llegó a ser nombrado Cardenal. Un bisnieto suyo, Henri de Bonald de la Rode, participó en la tercera guerra carlista y formó parte del Estado Mayor del general Francisco Savalls.
     Bonald fue un arquetipo, en el que resaltan las virtudes de los gentilhombres de antigua estirpe. Su fidelidad a la causa de Dios, del Rey y de la Tradición quedó plasmada en su obra y en su descendencia:
       “...luchó por sostener principios que dieron a Francia mil años de estabilidad política y a Europa un equilibrio militar interrumpido por algunas batallas que, para el mundo tolerante y democrático de hoy, parecerían accidentes de tránsito.”

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