SER DE DERECHAS

“Ser de derechas es tener una cierta idea del orden, y estar convencidos de que tal orden es requisito imprescindible para que pueda existir no sólo justicia…sino también cualquier forma de vida superior.

     Ser de derechas es creer en la bondad histórica de la tradición, lo cual no quiere decir que todas las tradiciones heredadas sean buenas, pero sí que nada puede construirse Si no es sabiendo de dónde viene uno y cuál es su identidad.

     Ser de derechas es tener el sentido natural de la autoridad, de la sociedad estructurada de forma vertical, lo cual tampoco tiene por qué significar que el jefe siempre tenga razón, ni que siempre hayan de mandar los mismos, sino simplemente que la vida social es inviable si no nos las arreglamos para que quienes mandan sean, en la medida de lo posible, los mejore.

  Ser de derechas es aplicar a la vida colectiva el instinto de conservación…que nos empuja a huir del cambio a menos que sea estrictamente necesario para la supervivencia.

     Ser de derechas es poseer el sentido de la comunidad, de la vida en común estructurada y organizada, donde quepan todos y cada cual en su sitio, y de su corolario natural: la solidaridad…

     Ser de derechas es poseer el sentido de la diferencia: no sólo de la diferencia entre hombres de dispar mérito, sino también de la diferencia entre los pueblos…

     Ser de derechas es experimentar el sentimiento de lo sagrado, de una potencia que encanta al mundo y le da sentido…

     Ser de derechas es mirar al mundo con realismo…al contrario de los utópicos…” (JOSÉ JAVIER ESPARZA, En busca de la derecha perdida. Áltera. Barcelona. 2010, pp.31-32)