JUSTO, UNA FIGURA CENTRAL DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

Es un lugar común referirse a los años 30 del siglo pasado como “década infame”. Un sector del Nacionalismo; así como la propaganda izquierdista, ya sean rojos descoloridos -como los socialistas-, o más subidos de color -como los comunistas-; pasando por el radicalismo, el peronismo y todos los populismos; todos, sin excepción, se refirieron a este tiempo con ese epíteto despectivo. Intentaremos demostrar lo contrario.
     La década del 30 fue, pues, la de los “gobiernos conservadores”, siendo el más importante el del General Justo. Más allá de muchos aspectos que nos parecen criticables de este gobierno creemos que el balance de estos gobiernos es altamente positivo.

    “En todo ese período, la Argentina fue tierra de paz. No tuvo guerras, la libertad de prensa no era cuestionada, el Congreso funcionó a pleno y la independencia del Poder Judicial nunca se puso en tela de juicio. La gran depresión económica fue superada rápidamente. En 1939 el PBI real de la Argentina era un 15% superior al de 1929 (en ese lapso el PBI de EE.UU. sólo creció un 4%). En 1934 la producción industrial equivalía a la agropecuaria; finalizando la década lograba duplicarla...durante los gobiernos de Justo, Ortiz y Castillo (los dos primeros con orígenes en el radicalismo y ex Ministros del Presidente radical Alvear) el desarrollo industrial alcanzó picos más altos que en el peronismo. Por ejemplo en 1935 la cantidad de establecimientos industriales era de 39.063 (ocupando a 44.582 obreros) conforme el primer censo industrial y ya en 1946 llegaron a ser 86.449 (ocupando a 938.387 obreros). El porcentaje de aumento de la población obrera en ese lapso fue del 75,4% mientras que durante el período peronista (1946/54) fue del 11,7%. Asimismo, entre 1937 y 1946 el crecimiento industrial aumentó el 62%, mientras que en el lapso peronista (1946/2954) fue del 17%. En 1939 la producción de Argentina era equivalente a la de toda Sudamérica junta, teniendo el 14,2% de la población y el 15.3% de la superficie total del continente. No había desempleo, casi no existía analfabetismo, miles de europeos que escapaban del totalitarismo y la miseria eran recibidos a diario con los brazos abiertos. Las desigualdades sociales (que existían) eran sensiblemente menores a las del resto de Latinoamérica. Entre 1930 y 1943 la inflación fue nula. El crecimiento del salario real tuvo un promedio del 5% anual entre 1935 y 1943.
     En 1937, el PBI per cápita de Italia no alcanzaba al 50% de Argentina, y el de Japón no llegaba al tercio. Fluían a borbotones opulentas construcciones, palacios e imponentes edificios (los estadios ‘Luna Park’, ‘La Bombonera’, ‘El Monumental’ y la apoteótica calle Corrientes de Bs.As. emergía con la construcción de teatros como el ‘Opera’ o el ‘Astral’ y numerosísimos cines y predios artísticos). La movida cultural crecía a pasos agigantados. Se filmaban decenas de películas por año (desde 1937 Argentina ocupó el primer lugar en la producción hispanoparlante) en crecimiento constante: en 1936 se estrenaron 15 largometrajes; en 1937, 28; en 1938, 40; en 1939, 50; en 1941, 47 y en 1942 (último año de los gobierno conservadores) se llegó a 56 filmes...
...por entonces se creó la Confederación General del Trabajo, se incorporó el ‘sábado inglés’ (Ley 11640), se legisló sobre ‘horas de cierre y apertura’ (Ley 11837), se otorgaron indemnizaciones y vacaciones a empleados de comercio (ley 11729) y se sancionaron diversas leyes sociales y jubilatorias. En suma, desde 1903 a 1943 se promulgaron más de cincuenta leyes sobre trabajo y previsión social..." (NICOLÁS MÁRQUEZ. “Ni Década ni Infame. A 84 años del inicio de un tiempo esplendoroso”, en http://cubademocraciayvida.org/web/print.asp?artID=25724)

     "En su último mensaje, el relato sobre el significado político de su presidencia adquiría contornos épicos. Allí advirtió que asumió “en uno de los momentos más difíciles y azarosos de la vida de la República” y su reflexión era el del hombre que podía “hablar con la franqueza y la libertad de quien se [sentía] colocado por encima de las pasiones y de los intereses transitorios”, y enfatizaba:
     'Asumí el gobierno en momentos en que la exaltación de las pasiones, motivada por hondas divergencias y profundos antagonismos, amenazaba convulsionar al país (…) crisis de espíritu y de conciencia que precedió a la crisis económica (…) Apenas llegado al poder, el gobierno que presido inició la magna obra de devolver la serenidad a los ánimos y vigorizar, mediante enérgicas medidas, el organismo económico del país (…) La república ha reemprendido su marcha interrumpida y hoy la continua a paso seguro.'
     Su obra de gobierno se resumía entonces en 'ordenamiento financiero y fiscal'; transformación de la 'antigua estructura económica renovando los viejos moldes de las finanzas'; 'resurgimiento material' que cambió el 'cuadro sombrío' de cinco años atrás y que extendía la 'acción constructiva (…) en todos los ámbitos del país' (Justo 1937: 7). De alguna manera, la Argentina, luego de su administración, atravesaba 'un período de excepcional prosperidad, visible en todos los órdenes de sus actividades productoras' (Justo 1937: 21-22). La recuperación de la historia nacional y la revaloración de un panteón mítico de próceres; el armado político que pudo forjar; y la reconfiguración de la política económica, nos refuerzan entonces la imagen de un presidente que efectivamente buscaba construir un orden nuevo y no retornar simplemente a un modelo anterior." (IGNACIO LÓPEZ. "EN LA 'HORA DE LA ESPADA' Y BAJO EL SIGNO DE LA RECONSTRUCCIÓN. LIDERAZGO PRESIDENCIAL EN TIEMPOS DE AGUSTÍN JUSTO, ROBERTO ORTIZ Y RAMÓN CASTILLO (1932-1943)", en POSTData 22, Nº2, Oct./2017-Feb./2018, págs. 437-473)

Los años 30 fueron también los de acontecimientos eminentes como el Congreso Eucarístico de 1934 o los de la obra eminente de ese gran gobernador bonaerense que fue Manuel Fresco, pero esos será temas de otros artículos.






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