EL ESTADO MODERNO TOTALITARIO... HOY, AL SERVICIO DEL WOKISMO
“El mundo del siglo XIX, el siglo liberal, era todavía una época, aun en crisis, de convicciones religiosas y de costumbres estables. Un siglo con clases sociales, con una aristocracia todavía fuerte en lo social cuando no en lo político. Con una educación selecta y selectiva, en la secundaria y sobre todo en las Universidades. Con un verdadero gusto por la cultura y un cultivo del arte que aun no se había convertido en mero producto de masas. Con un Estado mínimo que, en condiciones normales, no alcanzaba a absorber en ningún caso más allá del diez por ciento de la riqueza nacional, y dedicado en su mayor parte a gastos de defensa. Con una administración que no estaba formada sino por unos miles de funcionarios. Con una familia en general estable y con una mayoría todavía abrumadoramente rural. Con unos Parlamentos que respondían en general a su nombre, donde se deliberaba y se discutía. Parlamentos poblados de figuras egregias e independientes, en los que apenas cabía encontrar políticos profesionales, ni grandes disciplinas de partido (…) Y ese mundo histórico finalizó en 1914. Ese es el fin de la época liberal y el comienzo de una nueva época, de un nuevo mundo radicalmente distinto. El mundo de hoy. Un mundo caracterizado por la hegemonía de las masas, en su búsqueda insaciable de consumo y bienestar. Un mundo de intervencionismo estatal abrumador, donde el Estado tiende a cubrir y regular todas las dimensiones de la vida de la ‘cuna a la tumba’, y que recauda y distribuye aproximadamente la mitad de la riqueza nacional.”
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